- «¿Por qué se obstinaría el artista en dar lo que tan bien se puede fijar con la ayuda del objetivo? Sería una locura, ¿no es cierto? La fotografía ha llegado justo para liberar a la pintura de toda literatura, de la anécdota y aún del tema. ¿No deberían los pintores aprovechar su libertad reconquistada para hacer otra cosa?».[12]
- «Tienen altas pretensiones de genio, de gloria. Distinguidos, elegantes, sensuales, codiciosos, vanidosos, ávidos de elogios y recompensas, pertenecen a quien los halaga y les paga y son más los auxiliares de la corrupción que de la regeneración[…] a pesar de la riqueza de su imaginación y el lujo de su facundia, a pesar de su colosal vanidad, no están en condiciones de responder por sí mismos y de justificar sus obras[…] El artista está aislado, su pensamiento es solitario[…] no tiene fe ni principios; está librado al ateísmo de sus sentimientos y a la anarquía de sus ideas. No sabe por dónde ganarse al público; es una confusión en la que nadie se conoce y donde cada uno tira para su lado ¿Cómo podrían producir obras populares, ellos que nada saben del alma del pueblo?».[8]
Fuente: Capítulo 12, El artista en el estadio final de su evolución, página 140.
- «El culto de un ideal más allá de la naturaleza y de la vida, que otros colocan en la religión, ellos lo colocan en el arte; o, más bien, para ellos el arte es una religión y, recíprocamente, la religión -en la que generalmente no creen- es una de las formas del arte, forma popular y por eso inferior».[3]
- «El hombre ha visto el orden de los cielos, el origen de sus movimientos, su progresión, sus distancias y su acción; ¿quién podría, pues, negar que posee el genio del Creador y que sería capaz de construir los cielos si encontrara los instrumentos y la materia celestes? ¿No los construye acaso a su manera, con otra materia, pero según los mismos principios?».[1]
Ficino
Fuente: Capítulo 4 El nacimiento del artista, página 47.
- «El fanatismo de los discípulos del arte puede llegar hasta considerar sin horror el bombardeo de Guernica, ya que dió a Picasso ocasión de pintar una inmortal obra maestra. Los muertos se olvidan, pero las obras maestras quedan. Ésta religión, que en los comienzos solo era la de una minoría ahora ha sido adoptada por el conjunto de los intelectuales de Occidente. Pero también por él capitalismo[…] que ha integrado el arte en su sistema económico».
- «Las civilizaciones futuras se preguntaran cómo nuestra sociedad, que en tantos dominios contribuyó a hacer progresar a la humanidad, pudo apasionarse por problemas tan fútiles como los del arte, lo mismo que nosotros nos preguntamos como la civilización de Bizancio pudo apasionarse en 1453 por la cuestión del sexo de los ángeles[…]No quedará nada o quedará poca cosa de los millones de palabras de los libros de arte moderno de nuestro tiempo».
- «Pero lo que caracteriza con más particularidad nuestra decadencia es el lugar acordado a la imaginación y al inconsciente. La hostilidad a la razón y a la lógica. El desprecio por la ciencia y el pensamiento científico. Se confiere una soberana importancia a los problemas del lenguaje; la letra y las palabras priman sobre la idea; la forma, sobre el contenido».
artificio
ResponderEliminar1. m. Arte, primor, ingenio o habilidad con que está hecho algo.
ResponderEliminar2. m. Predominio de la elaboración artística sobre la naturalidad.
3. m. artefacto (‖ máquina, aparato).
4. m. Disimulo, cautela, doblez.
no entiendo
ResponderEliminaryo tampoco lo entiendo, pero el mundo es así. A unos les gustan los toros y a otros no.
ResponderEliminarLos toros en el sentido de corrida, de plaza, de fiesta
ResponderEliminarlo que no entiendo es tu respuesta
ResponderEliminarhemos comparado al torero con un artista, y he dado mi opinión sobre lo que me parecenlos artistas con esas citas
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