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martes, 19 de febrero de 2013

Nueva Comedia (resubidon)

Pipi-Pues mire usted, la verdad, yo me alegrara de saber hacer, así, algunas cosas...

Don Antonio -¿Cómo?

Pipi- Así, de versos... ¡Me gustan tanto los versos!

Don Antonio- ¡Oh!, los buenos versos son muy estimables; pero hoy dia son tan pocos los que saben hacerlos; tan pocos, tan pocos.

Pipi- No, pues los de arriba bien se conoce que son del arte.¡Válgame Dios, cuántos han echado por aquella boca! Hasta la mujeres.

Don Antonio-¡Oiga! ¿También las señoras decían coplillas?

Pipi- ¡Vaya! Allí hay una doña Agustina, que es mujer del autor de la comedia... ¡Qué! Si usted viera... Unas décimas componia de repente...No es así la otra, que en toda la mesa no ha hecho más que retozar con aquel don Hermógenes, y tirarle miguitas de pan al peluquin.

Don Antonio- ¿Don Hermógenes está arriba? ¡Gran pedantón!

Pipi- Pues con ése se ha estado jugando; y cuando la decían: "Mariquita, una copla, vaya una copla", se hacía la vergonzosa; y por más que la estuvieron azuzando haber si rompía, nada. Empezó una décima, y no la pudo acabar porque decía que no encontraba el consonante; pero doña Agustina, su cuñada... ¡Oh!, aquella sí. Mire usted lo que es... ya se ve, teniendo vena.

Don Antonio- Seguramente. ¿Y quién es ese que cantaba poco ha, y daba aquellos gritos tan descompasados?
Pipi- ¡Oh! Ese es don Serapio.

Don Antonio- Pero ¿Qué es? ¿Qué ocupacion tiene?

Pipi- Él es... Mire usted. A él le llaman don Serapio.

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