(Del libro de Diógenes Laercio)
Decía
(Pirrón) que no hay cosa alguna honesta ni torpe, justa o injusta. Y
también que nada hay realmente cierto, sino que los hombres hacen todas
las cosas por ley o por costumbre. Su vida era consiguiente a esto, no
rehusando nada, ni nada abrazando. Tenía fama de que todo le resultaba
indiferente y sin afección y decía que conviene al sabio permanecer en
tal sosiego. Tuvo muchos seguidores que fueron llamados pirrónicos en
honor a su nombre. Enseñaban que a toda razón se le opone otra
semejante. Que las cosas no son tales como aparecen, sino que solo
parecen. Niegan también estos filósofos toda demostración, criterio,
signo, causa, movimiento, disciplina, generación, y que haya cosa alguna
buena y mala por naturaleza.
"Suspende el juicio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario